febrero 21, 2005

Historias (cap 7)

_La hora de salida entrega una bocanada de aire execivamente necesaria , el cuerpo cansado la boca seca, la profesora ida imposibilita de hacer clases por culpa de alumnos insulsos y egocentricos, en sus ojos un par de lagrimas se retenían yo la observe, me dio rabia y al a vez pena, era la profesora, nunca había tenido fuerza de voluntad pero su mirada implicaba más que la falta de atencíon de sus alumnos, convocaba una sensación a algo más traumatico, pero imposible de construir en mi mente engreida y solo pensativa en Pablo, observe como corrio hata la sala del 2do unos 300 pasos a la izquierda, se suben unos peldaños, se bajan otros y se da una pequeña vuelta hacia la izquierda nuevamente, ella da un pequeño giro para mostrar las piernas, el se ríe y ella lo sigue astuta, rídula, Francisca me toma del chaleco, como suele hacerlo, como le encanta para molestarme y me tira un chiste que no alcanzo a entender porque solo comprendo el final, - ¿Viste a la profe?- me dice, como si sus ojos vidirios no llamaran la atención incluso para mi mente volatil, yo solo me doy vulta para contestarle con una mueca, el corazón me acaba y pienso en como se besaran, y me asusta pensar en que me importa si se besan o no, soy otra despues que estube esos eternos pequeños minutos con él, ¿Acaso yo le importaba?, talvez recordaba mi nombre, o talvez no, observo a mi amiga y me ensña con dos dedos ceñido a su boca que quiere fumarse un pucho, caminamos hacia la esquina. _Desde que había llegado a aquella ciudad nortina sus problemas habían comenzado, su polola lo agobiaba y la distancia lo unico que conseguía era incrementar las peleas, Pablo no soportaba los llantos ni mucho menos las histerias y la unica ventaja de ser por telefono era que podía acabarlas cuando a él le placia, pero echaba de menos a esa mujer con la cual había perdido la virginidad, con la cual rió tantas veces, la mujer que penso algún día podría ser su mujer, algún día pensaba cuando hubiese terminado su carrera y tener hijos, pero ahora nunca ocurriría, no funcionarían las cosas nunca más, ella no estaba embarazada y él sentía un grna alivio, contemplo a la muchachita un segundo antes de besarla pero ella se le adelanto y le tomo las mejillas luego la polera del colegio, solo se dejo llevar inhalo un poco de aire y echo el asiento para atras , la tomó por las cadera y abrió los ojos para mirarla, quiso subir sus manos por sus muslos pero estas se ongelarón junto con sed por él cuerpo de ella, esta insistío, besandolé el cuello y acariciandole el abdomén, deleitndose del capitalino, siendo de él, le convensí el la rechazo nuevamente y la echo un lado , Vannia le pregunto un por que , Pablo se nego a darselo, y predio en seguida el motor del Hendix, ella se bajo la falda y no reclamo más siguieron el resto del camino en silencio, el preguntandose por que era tan imbecil, y con la cabeza en otro continente preferiblemente, menos mal que conducía desde los 15 o si no provablemente hubiese chocado, pero dejo a salvo a la chiquilla, sabía que su error le acarriaría más de una problematica._Cuando desperto tenía la polera pegado en el cuerpo p`roduto de la trasqiración y cabello tendía al caos, se pregunto como había permanecido toda la noche en aquel galpon del cual solo recordaba que quedaba en su ciudad, más alla de ello su mente estaba caducada la cabeza le pesaba y estomago prendía devolverle el copntedo , lo cual debía ser poco pues la última vez que había ingerido algún alimento había sido por lo menos unas 24 hras antes, cuando salía de su casa rumbo al colegió allí se encontro con unos amigos de unos amigos, que conocía de un carrete el verano recien transcurrido, cuando sus ojos descubrieon el contenido de los bolsos de estos los acompaño de inmediato, penso que solo serían unos pitos y punto con cueva se fumaría uno ella e iría a clases en la tarde, escribiría una comunicación y se la autofirmaría fingiendo la mosca de su mamá, pero ahora comprendio que nisiquiera sabía bien que había consumido, se acordaba de un pito y luego de una jalada de pope luego tomó algo, penso que pisco pero talvez había sido otra cosa, había recorrido un trecho bastante extenso, semi inconciente, presumiblemente en auto penso, pero ahpora no quería pensar en nada más exepto en huir de ahí, cuando suhjeto la muñeca de su mano izquierda se dio cuenta que ya no tenía reloj, recurrió a su mochila soloi quedaban sus cuadernos y una golosina que le dio arcadas imaginar en consumir, intento levantarse del suelo, todo le daba vueltas, se anudo el cabello con el cole que conservaba en su muñeca derecha, agarró sus osas y corio con las piernas adormecidas hasta la puerta, cuando observo el exterior solo vio un caserio a unos 5 km pero más que eso solo existía desolación ¿onde cresta estoy.