febrero 22, 2005

Historias (cap 8) Arrepentimiento

_Probablemente si le gustara el copete hubiese corrido a una botillería o si fumara o si se drogara, bueno le hubiera gustado hacer algo para desahogarce, así que tomo un paquete de papas fritas y lo engullo silencioso en su alcoba del 3er piso, su mamá había viajado y sus dos hnos más pequeños aún estaban en clases, solo, con la garganta deseosa de gritar y las lagrimas incrustadas en al retina imposiblilitadas de brotar, quizo llamar a Sandra pero se sentía sucio, ¿Como se habia dejado engatuzar por una niña chica? sabía que todo estaba mal y que mejor, mucho mejor sería que ni siquiera fuera al colegio, por primera vez en la vida se sentía abandonado, recogio con sus manos el retrato de Sandra y él en la playa, aquel fin de semana hermoso en el que ambos juraron ser felices, estar juntos, ella lo abrazo con fuerza y le pidieron a un turista que pasaba por ahí que los fotografiara rieron, gritaron y luego se tiraron a la arena, peleando, amandose, con los labios empapados del granulado contenido de la playa fuimos tan felices, tan tontos, que idiota fue pensar que separados seguirian... tiro al suelo el porta retratos y recosto su cuerpo contra la cama intentado despejar el sin fin de dudas que le carcomían la mente y el alma, sintio vibrar su celular su bolsillo trasero, el número que marcaba le era desconocido pero atendio, algo distorcionado por el viento se escuchaba la voz gruesa de un joven - Hola weon, habla el Mario, viste que te llame, juntemonos en "La Bahía" en media hra.
_Empapada en llanto en sudor y en líquidos cuya solución no entendía decidió caminar, con las piernas acalambradas y la mente confussa, se repetía cada dos metros que era una weona de marca mayor, ¿Arrepentida?, claro de ser tan estupida, de confiar, recorrio su vientre, hasta llegar en donde suponía se hayaba su útero, por primera vez en la vida le rogo a Dios, le rogo que el escozor que sentía entre sus piernas no fuese lo que su mente le revelaba, tenía miedo, un miedo furtivo y efusivo que le daba escalofrios y que no podía dominar, tenía terror a no llegar a su casa, a saber que en donde se encontraba no había salida, amarro a su cintura el chaleco, desagarrado insulso, con la boca seca y los labios surcados por las grietas producto del sol continíuo el vaiven de la ruta, se dio vuelta para ver que sus ojos descubrian pero una polvsareda se lo impido, conocio con agrado que era producto de una camioneta de un año indeducible y una patente añeja levbanto su pulgar par intentar que parara el vehículo y así fue, paro, y le abrió la puerta del acompañante, se subió con desición, apoyando su pie derecho y cayendo en un mar de acaros que confundía el ambiente, el hombre, cuarenton le sonrió entusiasmado, pero ella aúnque intento emular el encato del viejo su boca deserica le produjo un gran dolor, por suerte el hombre le señalo una botella de agua que se hayaba bajo el asiento, bebió, la camionta continuo el viaje, quizo preguntar en donde se hayaba pero quedo absorta en el paisaje perla homogeneo.
_-¿No hay novedades?- el sub director quizo contestar pero la lengua se le trabo , se encontraba tan absorto en la tarea de salir de la ruina, de acabar el año que recien comenzaba, de no caer, ni dejar caer a nadie en la carcel y por supuesta su señora lo acosaba con preguntas entrometiendose en y descubriendo poco a poco el plan que el histertismo del cual tanto se rien al verlo en las mujeres lo consumió cayo rendido al suelo entre figuras indecisas de personas idiotas, quedo inconciente, cuando los paramedicos llegarón era demaciado tarde el hombre aunque de igual manra fue trasladado al hospital estaba muerto, la causa había sido un ataque, los nervios lo consumieron y repercutieron en su endeble corazón de 53 años
_Cayó, simplempleme se tendio entre las sabamnas confusas de su cama, se rio y luego lloró, no debía importarle vidas ajenas, como la de él y la de Vannia pero la congoja la humillaba , se sentía fea, rechazada, tonta, o un sinonimo pertinente, se sentía comos siempre lo que había sido ella misma, ¿Que impedía ahora que se dejara llevar por la angustía?, nada, porque ninguna razon consistente la detenía en ese mundo, su vida eran las ajanas, sus dolores los de los demas, sus risas las del vecino, la del que le seguía, los besos, ese delicicioso nectar eran de aquellos que merecían gozarlos, mas de ella eran prohibidos, quitados, echandos a la suerte para que cayera en otras bocas o más afortunadas o más agraciadas, ¿Que sabía? realmente nada exepto llorar, llorar y llorar como ahora lo hacía, insolente, exigiendole a un recien conocido que no quisiera los pechos de otra, que inutil su intento de vivir, el silencio la cobijaba tierno y abundante, quería vivir por siempre en aquella especura, con los ojos empapados y la mente dispersa, quería seguir ahí, sin saber quien era, sin preguntas, sin contacto, sin promesas, sin amores, callar por siempre su verdad, de sus labios tembloros quería entregar a la emboltura textil, qureía ser de ahi mil veces y sellar su cielo y sellar su vida por y para la eternidad, se acurrco en posición fetal y se durmió desenado, rogando no despertar nuevamente por favor Dios.
_Cuando sono una bocina desde la calle no reacciono, se quedo tendida entre mil momentos mil historias entre la tv y la vida entre el respiro y descanzo de su pecho en los intervalos de tiempo, pero el bullicio persistio y su cabeza estaba agobiada, termino por caminar hacia el ventanal de su habitación y contemplo extrañada un auto azulino, el auto de Andrés, dio paso hacia atrás con el sobre cogida y la camisola de dormir entra llazabda en el cuerpo, sus ojos se nublaron y corrioo por las ecaleras, y su cuerpo choco contra la puerta de clle se miro el atuendo, estaba en pijama , no vacilo y abrio la ùeta y salio hacia la cllael. andres, la miraba extrañado, ella lo observo y luego se sonrojo, pero rió ilusamente, corrio hacia Andrés, esté la miraba lejano, casi ausente pero preocupado, extrañamente preocupado, - haber cuentame , ¿Que pasa?.