febrero 28, 2005

Historias (cap 9) Verdades

_El cigarrillo se consumía irregularmente mientras el viento desgastaba las cenizas que cubrían la punta encendida de este, ¿Acaso no existía la felicidad?, sus ojos llenos de lagrimas se negaban a esparcirlas por su rostro, tenía rabía, dolor, una injusticia, cruzo las piernas, espero el colectivo en el paradero, miró hacía el cielo en busca de respuestas pero las nebulososas circunstancias solo la embargarón de un dolor más fuerte más exaustivo existe, de verdad existe se repitió Anís, la verdad es que nunca había comprendido si existía o no el amor, y más aún el sentimiento a primera vista, pero esto no se trataba de apariencias, ni de fisico o de figuras si no de piel, de la delicadesa con que miran unos ojos suaves, del sentido de la respiración, de la boca, de la calidez, de la mezcla exacta que la derrumbaba en un segundo, en un instante, ya no era la misma, eran las 7:52 minutos y estaba ausente del mundo, indecisa de seguir, los autos pasaban pero ni un colectivo, ahí estaba Pablo esperandola en la esquina, su corazón se volco y su cuerpo, su ser se nego a avanzar, ir o no ir el cuerpo la abandonaba, era otra, era distinta, ya no era ella. Spending my time
_Su sonrisa decayo, los ojos palidecieron, él se nego a abrazarla solo un beso barato ruin, gelido como la roca desdeñada por la llevua otoñal, aquella inesperada,. rápida fugaz y casi inexistente, le dijo que pasara, que continuara, pero su cuerpo le indicaba que lo echara, que se fuera, él se sentó, callado pregunto por el llamado, Fernanda no sabía si él debía ser el primero en saber que su historia concluía así de repente, lo miró pasiva e intento fecundar una sonrisa en él pero Andrés tosco y glacial solo empolvo la suspicascía del intento, tartamudeo, intento aferrar su mirada a una cosa, aun mueble a un retrato, al fin pudo hacerlo del espejo que se encontraba al final del pasillo, no quería mirar a Andrés - Me echarón del colegio- suspiro más tranquila, Andrés bebio del vaso de agua que Fernanda le había servido hacía unos segundos, tetricamente inflexible no demostro sonrisa, palidecencia o tristeza, tomo las llaves del auto y salió de la casa, esta vez no la beso fría y acartonadamente, solo continuo hasta llegar al auto subirse y partir, pero antes de hacer andar el motor se levanto del asiento del conductor y corrio antes que Fernanda cerrara la puerta, la abrazo, estrangulando su cuerpo menudo, esta vez no se mostro frió y llano, esta vez no condujo su caracter acartonadamente, se libero, inclusive unas lagrimas brotarón de sus ojos aunque intento ocultarlaa pero Fernanda las descubrió, se abrazarón interminables instantes y luego el le pidio que lo acompañara en el auto.
_Hundio en el cerrojo la llave, esperando pasar inadverida, tratando de que la puerta fuese silenciosa, camino unos pasos y cerro la puerta, los ojos de su madre la contemplaban, la descubrio cuando prendio al luz de su pieza, y la increpo con palabras borroscosas, tajantes, desequilibrantes, pero cuando contemplo el cuerpo mendu de su hija, los ojos hundidos, la mirada desvíada, su alma se desquebrajeo, la abrazo reternamente, y lloro, rozo los puños rajados la cara sucia, y entendío el dolor más interno, el de la verdad, la cobijo con las frasadas tibias y le vijilo el sueño, sin hablar solo con sus astros bien abiertos a pesar de la fatiga, no le pregunto más que como estaba luego le almidono la almohada y los cabellos empapados del sudor.