Mejilla, (Imagen) Gustav Klimt, The Kiss

_No he calculado aun el valor que traen consigo las sonrisas, los roces, el mero hecho de una despedida.

_Solo puedo expresarme de lo inedito de mis conjeturas ilógicas, porque desde en ellas unicamente logro distinguir que mi felicidad es por hoy al menos notoria, me confunde el saber si aquella proviene del ser o del ahora instantaneo, del momento, pero puedo asegurar que aquella por lo menos en un aspecto tienen una respuesta unica: son de la verdad, del cariño inexplicable pero sincero.
_Es que todo nace de lo vanal de un adios, de un instante superfluo con gusto a más, trazado por las miradas, por el calor del cuerpo traspasado al otro en un instante revuelto, no te fuiste, esta vez esperaste.
_Tengo miedo sin embargo porque esta felicidad
con la cual cargo es tan suceptible al final como cualquier circunstancia de la vida, como todas aquellas de las cuales he disfutado y sin embargo a encallado en la mala voluntad o la nada. Pues Fin tiene ese tinte de invitable desde cualquier sentido de interpretanción, renovativo,
absoluto, relativo, todos tienden a lo mismo, cambios, disolución, entrada en otra etapa al menos, y no se si sere capaz de sobrellevarlo, soy una mujer de costumbres, debo verle día por medio, debo ser espectadora de las sonrisas que me regala como si nada, debo ser de allí, para continuar con esta rídiculo felicidad, y me preocupa, y sin necidad de más me agovia.
_Me pregunto que sera de mi cuando la cuenta regresiva de la cual soy parte tenga como numerales unicos los ceros, me confunde la situación y no se exatamente cuando sera aquel, me queda en los registros esa despedida, ese adios y su mejilla, configurados para siempre en mi memoria.